Mover corazones, mover bolsillos

Dos semanas han pasado ya del segundo curso escolar en la escuela maternal de Batseng’la. La escuela que se construyó en el verano de 2014, tuvo su primera clase el 15 de septiembre de ese mismo año y desde entonces no ha parado de crecer, mejorar sus instalaciones, aumentar el número de alumnos…

Este segundo año ya es una escuela oficial gestionada por la diócesis de Bafoussam, que ha cambiado el nombre a Ècole des Anges y ha contratado a una primera profesora nativa, lo que supone otra familia más beneficiada por la escuela, con un sueldo que entra ahora en casa. Ya son más de 25 los alumnos, se han empezado a usar las dos aulas y junto a la profesora nativa trabaja una voluntaria española con los más pequeños. Los niños y las familias del pueblo están encantados viendo cómo el proyecto crece en beneficio del pueblo, pero no todo podían ser buenas noticias…

Este año la decepción de los enanos cuando acaban las clases, a eso de la 1, no podía ser mayor. No hay medios, ni de las monjas ni de la diócesis, para que después de una mañana de letras, tizas, música, deporte, números y plastilina puedan comer algo antes de volver a casa.

“Maman Marie Noel a venu! On va manger!” no está siendo el timbre de final de clase. A día de hoy no hay ni opción a llevarse en el bolsillo a casa, “para mamá”, los beignets ( http://www.editions2015.com/cameroun/recette-beignets.php ) que tocaban cada miércoles. O de portarse bien los martes para llevarse la cabeza del pescado que venía escondido en el guiso de patatas. Ya sé que Syntia no está estas semanas escabulléndose a última hora, los jueves, para rebañar el arroz que se le haya caído a los amigos al suelo mientras comían. Maman Marie Noel estará buscándose otra forma de ganarse la vida para que no les falte lo básico a sus cuatro hijos. Wiya y Dallia se estarán volviendo solos a casa porque Marie y Brenda, sus hermanas mayores, no tendrán su plato a cambio de ayudar a limpiar la clase a la salida. Y así.

Porque guste o no, el dinero hace falta. Sin dinero no hay comida, tan simple y tan crudo como eso.

lo acabo de hablar con la Madre superiora y me ha dicho que a ella también le da penica que no les demos de comer (…). Ella me decía es que no es solo la comida, también es el salario de la mama Noel, etc… yo le dije: espera a ver que nos responde Mercedes, y lo que podamos hacer, se hará…

Bueno Mercedes, ánimo Dios te ayudará a mover corazones por el cariño que tienes a los peques…

Un abrazo

Y me toca eso, mover corazones. Y bolsillos. Como si fuera fácil mover corazones, a mi edad. Eso se le da mejor a ellos:

IMG_0137

IMG_0145

IMG_0389

IMG_0390

IMG_0391

IMG_0392

IMG_0463

IMG_0460

Y todo porque faltan 120 000 francos al mes. 40 000 francos del sueldo de la cocinera (61 €) y 80 000 francos para la comida (122 €). Es más fácil intentar mover bolsillos que corazones. Así que, si alguien puede aportar su granito de arena para lograr volver a darles a mis enanos una comida al día, ya sabe dónde estoy (mercedes.vahi@gmail.com) para facilitarle el número de cuenta de las monjas o las otras vías para colaborar.

De parte de los enanos:

Estrenando estantería y mesa (21)

¡GRACIAS!

Un comentario en “Mover corazones, mover bolsillos”

Deja un comentario